Que alegria amigo que entres a esta Casa .Deja tu huella aqui. Escribenos.

Se alegra el alma al saber que tu estas aqui, en nuestra casa de paz

Amigo de mi alma tengo un gran deseo en mi corazon Amar a Dios por todos aquellos que no lo hacen hoy. ¿Me ayudas con tus aportes de amor cada vez que entres aqui? dejanos tu palabra de bien, tu gesto amoroso hacia Dios y los hermanos.

Seamos santos. Dios nos quiere santos

Adri

Seremos c ompletamente libres ,si nos determinamos a no consentir mas ante el pecado.

Seremos c ompletamente libres ,si nos determinamos a no consentir  mas ante  el pecado.
Determinemonos en el deseo de llegar a ser santos.

Amigos que entran a esta Casa de Paz. Gracias por estar aqui. Clikea en seguir y unete a nosotros

viernes, 22 de octubre de 2010

Una liturgia no para quedarnos extasiados en su belleza sino para orar al Señor


Ecles. 15, 12-18;
Sal. 33;
2Tim. 4, 6-8.16-18;
Lc. 18, 9-14


‘Dos hombres subieron al templo a orar’, comienza la parábola Jesús. Subieron al templo a orar ¿para la oración litúrgica que se oficiaba en el templo cada día junto con los sacrificios? ¿por devoción quizá se acercaron al templo a hacer su propia oración? Nos da pauta para variadas reflexiones ya el comienzo mismo de la parábola.
La parábola tenía su intencionalidad porque Jesús la decía por ‘algunos que teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás’. Con la conclusión que Jesús le da a la parábola también quiere decirnos cosas Jesús. ‘Éste – refiriéndose al publicano – bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido’.
El Señor acoge la oración del pobre y del humilde mientras que rechaza al que se vanagloria y desprecia a los demás. ‘Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha’, repetíamos en el salmo. ‘Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias porque el Señor está cerca de los atribulados y salva a los abatidos…’ seguimos meditando con el salmista. Dios mira más el corazón que las palabras que podamos pronunciar. Y se complace en el corazón de los humildes.
‘Dos hombres subieron al templo a orar…’ y qué distancias tan grandes había entre uno y otro. Comprendemos que no sólo es la distancia física en el hecho de que uno se pusiera delante de todos mientras el otro se quedó atrás mientras no se atrevía a levantar la cabeza. Es otra más fuerte y dura la distancia. La distancia que los orgullos quieren poner en derredor como temiendo mezclarse con los pobres y los humildes. La distancia que aísla y crea barreras cuando hay menosprecio en el corazón hacia los que están a nuestro lado.
Ya quizá podríamos hacernos preguntas sobre nuestra oración o nuestro estilo de orar. ¿A qué distancia estoy yo de los que me rodean cuando voy a la oración? ¿tendré barreras interpuestas ante los demás? Es cierto que nuestra oración en principio tiene que ser un acto personal que yo he de poner desde lo más hondo de mi corazón. Me estoy encontrando de forma muy personal con ese Dios que me ama y que lo siento vivo y presente allá en lo más hondo de mí mismo. Y esa oración, es cierto, será un tú a tú con el Señor, sin olvidar su inmensidad y su grandeza porque es el Señor, pero sintiéndome en su presencia e inundado de su amor, porque siempre es el Dios que me ama.
Sin embargo en la verdadera oración ni me puedo encerrar en mi mismo ni me puedo aislar con los demás. Es más, quizá tendría que decir que en la medida en que me siento más unido a Dios en mi oración necesariamente más unido me he de sentir con los demás. Y si a mi lado hay alguien que está en oración, aunque en ese momento no compartamos palabras ni intenciones, qué unión más hermosa tendría que haber en cuanto que los dos estamos unidos al mismo Dios y Padre que me ama y nos ama.
Claro que será más hermosa aún mi oración si además yo oro por los demás y oro con los demás. No voy sólo a pedir por mí o a tener mi encuentro de manera individual con el Señor sino que voy a sentir toda la hondura de la comunión que será con el Señor pero que tiene que ser también con los demás.
Pero aquí podríamos entrar en otro aspecto de la oración que es la oración comunitaria y litúrgica. Esa oración de los hermanos, de los miembros de la familia de los hijos de Dios y de los miembros del pueblo de Dios que juntos queremos, que juntos hemos de darle culto al Señor cantando nuestra alabanza y nuestra acción de gracias. Es la oración de la Iglesia que como comunidad hacemos, celebramos y expresamos en la liturgia.
Cuando decimos en la liturgia estamos diciendo cómo a través de unos signos comunes, de unos ritos litúrgicos comunes nos sentimos unidos en esa oración, en esa alabanza al Señor, en esa gloria que queremos cantar a Dios. Es la celebración de la Eucaristía y todos los sacramentos, es la celebración de toda la Iglesia, en la que vamos a sentir de manera especial esa presencia del Señor en medio nuestro. Porque además sabemos que en esos signos sacramentales se hace realmente presente Cristo en medio nuestro.
Acciones sagradas para nosotros que nos hacen sentir la presencia del Señor, signos vivos de la presencia de Dios y de su gracia; acciones con las que queremos dar culto al Señor, alabándole y bendiciéndole con todas las criaturas del cielo y de la tierra. Acciones sagradas que expresamos con unos signos y unos ritos litúrgicos que siempre tienen que ayudarnos a vivir ese encuentro vivo con el Señor en nuestra oración.
Yo me pregunto a mí mismo muchas veces al terminar una celebración litúrgica, ya sea la Eucaristía o cualquier otra celebración de la Iglesia, si en verdad he orado al Señor y si yo sacerdote que en nombre de la Iglesia estoy presidiendo aquella celebración habré ayudado de verdad a orar a los fieles que allí estamos congregados.
No nos podemos quedar extasiados en la belleza de los ritos litúrgicos, que tenemos también que saber admirar y valorar toda la belleza de la liturgia que en cierto modo nos eleva hasta la liturgia celestial; pero, perdónenme que lo diga así, tenemos que hacer que no sólo sea una celebración bonita y llena de belleza, por decirlo de alguna manera en expresiones humanas, sino una celebración viva en la que he orado, he tenido ese encuentro vivo con el Señor para orar, para escucharle y para presentarle también mi súplica, mi alabanza o mi acción de gracias. No hay participación verdadera si no hay auténtica oración. Tenemos que aprender a orar con la liturgia. Y ya no será sólo mi oración personal sino entonces también la oración de la comunidad.
Es la oración con la que con toda humildad me pongo ante el Señor, sintiéndome indigno como Isaías cuando contempló aquellas hermosas teofanías que nos describe en la profecía – ‘¡ay de mí! que soy un hombre de labios impuros’ -, o como aquel publicano que no hacía otra cosa que pedir al Señor que tuviera compasión de él. ‘Oh Dios, ten compasión de este pecador’. Pero será la oración de la que saldré lleno de Dios que es en fin de cuentas lo que nos quiere decir Jesús con las expresiones de la parábola de bajar justificado, lleno de la justicia y de la gracia de Dios.
Que así sea nuestra oración, que así sea la forma intensa viva de nuestras celebraciones sagradas, de toda la liturgia con la que queremos bendecir y alabar en todo momento al Señor.
‘Dos hombres subieron al templo a orar…’ Aquí estamos más de dos, esta pequeña comunidad, que hemos venido a nuestra oración y a nuestra celebración, ¿cómo está siendo hoy nuestra oración? ¿estaremos en verdad orando al Señor?

Bienvenidos Amigos de la Paz


Esta comunidad la formamos entre todos.Desde el 2005 unidos y en comunion fraterna somos un grupo de personas que convivimos con un ideal. Creemos que la paz es posible y buscamos sembrar semillas de Amor y luz en el Nombre de Cristo.

Los espero con alegria
Santidad y amor
Adri

Se hace necesaria la purificacion de alma aqui en la tierra


La purificacion del alma se acompaña siempre de dolor, compuncion en el corazon, arrepentimiento por los pecados cometidos , y como tal cada purga de dolor es un renacer

Cada eslabon doloroso puesto en las manos del Señor es un escalon mas para adentrarnos al yo profundo
Es un paso necesario el desierto , el alma debe clamar , suplicar, llorar, postrarse, ayunar, vigilar la oracion , ofrecerse a Dios como ofrenda de amor para discernir con claridad la mision encomendada
No se puede hacer la Pascua sin pasar por el Viernes Santo ni el Getsemani
No podemos llegar a la Mision-resurreccion-tranfiguracion de nuestra alma sin el desierto
No le temas hermano al dolor, al sufrimiento, a la noche oscura todas las almas que han pasado por esa noche dolorosa han salido mas resplandecientes , mas edificadas pero si hay que pasarla
Se sufre y se sufre por AMOR AL AMOR
Cristo sufrio mas ,por vos, por mi ,por todos
Seguir a CRISTO ES DEJARLO TODO, Y ADENTRARNOS EN SER CADA DIA MAS Y MAS PARECIDOS A EL EN TODO, SI CRISTO PASO POR LAS PERSECUSIONES, LAS CALUMNIAS, LAS INJURIAS, LOS CLAVOS , EL ABANDONO TOTAL, LA TENTACION si en verdad lo seguimos a EL
PASAREMOS POR AQUELLO
Encontrar el tesoro de la PAZ EN EL CORAZON no se da de un dia a otro sin purificacion, sin desierto previo, sin oracion, sin Eucaristia y reconciliacion
La Paz es el fruto de un camino en CRISTO DE DEJARLO TODO PARA ENCONTRARLO A EL
Adelante hermano no te desanimes . Todo proceso de purificacion-purgatorio aqui en la tierra es renacimiento
DIOS ESTA CON NOSOTROS
santidad y amor

Adriana

Aqui puedes leer mas mensajes del Movimiento.

Administracion general y adjuntos

Pidamos la humildad

Oh Jesús! Manso y Humilde de Corazón,
escúchame:

del deseo de ser reconocido, líbrame Señor
del deseo de ser estimado, líbrame Señor
del deseo de ser amado, líbrame Señor
del deseo de ser ensalzado, ....
del deseo de ser alabado, ...
del deseo de ser preferido, .....
del deseo de ser consultado,
del deseo de ser aprobado,
del deseo de quedar bien,
del deseo de recibir honores,

del temor de ser criticado, líbrame Señor
del temor de ser juzgado, líbrame Señor
del temor de ser atacado, líbrame Señor
del temor de ser humillado, ...
del temor de ser despreciado, ...
del temor de ser señalado,
del temor de perder la fama,
del temor de ser reprendido,
del temor de ser calumniado,
del temor de ser olvidado,
del temor de ser ridiculizado,
del temor de la injusticia,
del temor de ser sospechado,

Jesús, concédeme la gracia de desear:
-que los demás sean más amados que yo,
-que los demás sean más estimados que yo,
-que en la opinión del mundo,
otros sean engrandecidos y yo humillado,
-que los demás sean preferidos
y yo abandonado,
-que los demás sean alabados
y yo menospreciado,
-que los demás sean elegidos
en vez de mí en todo,
-que los demás sean más santos que yo,
siendo que yo me santifique debidamente.

McNulty, Obispo de Paterson, N.J.

Tumba del Santo Padre Pio.

Tumba del Santo Padre Pio.
Alli rece por todos uds. Giovani Rotondo julio 2011

Rueguen por nosotros

Padre Celestial me abandono en tus manos. Soy feliz.


Cristo ten piedad de nosotros.

Mientras tengamos vida en la tierra estaremos a tiempo de reparar todos los errores y pecados que cometimos. No dejemos para mañana . Hoy podemos acercarnos a un sacerdote y reconciliarnos con Dios,

Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi Iglesia dijo Jesus

Jesucristo Te adoramos por todos aquellos que no lo hacen . Amen

Etiquetas