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Amigo de mi alma tengo un gran deseo en mi corazon Amar a Dios por todos aquellos que no lo hacen hoy. ¿Me ayudas con tus aportes de amor cada vez que entres aqui? dejanos tu palabra de bien, tu gesto amoroso hacia Dios y los hermanos.

Seamos santos. Dios nos quiere santos

Adri

Seremos c ompletamente libres ,si nos determinamos a no consentir mas ante el pecado.

Seremos c ompletamente libres ,si nos determinamos a no consentir  mas ante  el pecado.
Determinemonos en el deseo de llegar a ser santos.

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domingo, 25 de abril de 2010

Leamos atentamente las palabras de la Virgen de Fatima acerca de las guerras y modas

Antes de morir, Nuestra Señora de Fatima, se dignó aparecérsele a Jacinta varias veces. He aquí lo que ha dictado a su madrina Madre Godinho.



Sobre los pecados



Los pecados que llevan más almas al infierno son los de la carne.

Han de venir unas modas que han de ofender mucho a Nuestro Señor.

Las personas que sirven a Dios no deben andar con la moda.

Los pecados del mundo son muy grandes.

Si los hombres supiesen lo que es la eternidad harían todo para cambiar de vida. Los hombres se pierden porque no piensan en la muerte de Nuestro Señor ni hacen penitencia.

Muchos matrimonios no son buenos, no agradan a Nuestro Señor ni son de Dios.



Sobre las guerras



Nuestro Señor dijo que en el mundo habrá muchas guerras y discordias.

Las guerras no son sino castigos por los pecados del mundo.

Nuestra Señora ya no puede retener el brazo castigador de su Hijo sobre el mundo.

Es preciso hacer penitencia. Si la gente se enmienda, Nuestro Señor todavía salvará al mundo; mas si no se enmienda, vendrá el castigo.

jueves, 22 de abril de 2010

Entrevista a Jim Caviezel . El actor que hizo de Cristo en la Pasion


Caviezel debe su papel de “La Pasión” a Medjugorje

En febrero Jim Caviezel (protagonista de “La Pasión” de Mel Gibson) hizo su sexta peregrinación a Medjugorje y después viajó a Viena donde concedió una entrevista a Christian Stelzer para la revista Oase des Friedens. La traducción croata se ha publicado en la última edición de la revista parroquial de Medjugorje Glasnik Mira.

Jim, ¿cómo oíste hablar de Medjugorje?

Mi esposa vino a Medjugorje mientras yo estaba en Irlanda grabando la película "El conde de Monte Cristo". Las cosas no iban muy bien aunque yo trabajaba siete días a la semana. Un día ella me telefoneó y me di cuenta por su voz de que algo había cambiado. Empezó a hablar sobre Medjugorje y cómo uno de los videntes iba a venir a Irlanda. Le interrumpí diciéndole: “Mira, tengo bastantes cosas que hacer. No voy a entrar en ese tema de los videntes”. Además, yo pensaba que como católico no tengo que aceptar necesariamente Lourdes, Fátima o Medjugorje. Eso es lo que yo pensaba.

Recuerdo que en la escuela católica donde estudié mis primeros años, una vez oímos algo de Medjugorje y nos emocionamos, pero pronto descubrimos que el obispo local se oponía y consideraba falsas las apariciones así que perdimos el interés rápidamente.

El vidente Ivan Dragicevic vino a Irlanda; yo sabía que no tendría tiempo para él debido a que tenía que trabajar todo el tiempo. Un día mi socio en la película no se encontraba bien y yo me tomé el día libre para poder ir a una aparición. Yo estaba al final de todo en la abarrotada iglesia y no sabía muy bien lo que ocurría. Pero cuando el hombre que estaba a mi lado en su silla de ruedas cayó sobre sus rodillas en el momento de la aparición yo me conmoví. Pensé: este minusválido, a pesar de todos sus dolores, está arrodillado en el frío suelo de piedra y está rezando! Hoy se que era Dios, que me conoce tan bien, El que sabía dónde tenía que tocarme para conseguir mi atención!


Aunque pueda sonar extraño, me tomé otro día libre el siguiente domingo y pude tener un encuentro con Ivan, como deseaba mi esposa. Durante el tiempo de la aparición me arrodillé cerca de él y dije en mi corazón: “de acuerdo, aquí estoy. Estoy preparado. Haz conmigo lo que quieras”. En ese mismo momento sentí que algo me estaba sucediendo. Era muy simple y a la vez único. Cuando me levanté, me corrían lágrimas por las mejillas y empecé a llorar con todo mi corazón.


Iván me dijo: “Jim, el hombre siempre encuentra tiempo para aquello que ama. Si alguien que no tiene nunca tiempo conoce a una chica y se enamora de ella, siempre encontrará tiempo para ella. La gente no tiene tiempo para Dios porque no le aman”. Y continúo: “Dios te está invitando a rezar con el corazón”. Le pregunté: “¿Cómo se supone que he de hacerlo?” “Empezando a rezar”, me contestó. En ese momento las puertas de mi corazón se abrieron. Jamás habría soñado que fuera posible. Fuimos a un restaurante y debo admitir que el vino y la comida nunca fueron tan sabrosos como en esa noche particular.


Algo empezó a cambiar dentro de mí. Mi esposa me había querido enseñar en muchas ocasiones en el pasado a rezar el Rosario, pero yo nunca quería aprender. Ahora yo quería rezar pero no sabía exactamente cómo hacerlo. Yo sólo sentía que mi corazón estaba abierto. Una mañana cuando iba al trabajo, le dije al chofer que me llevaba al rodaje cada día: “No sé qué piensas acerca de esto, pero querría empezar a rezar el Rosario”. Para mi sorpresa, él sólo dijo: “vale, recemos”.
En la cálida luz de amor que sentía dentro de mi, era capaz de darme cuenta donde estaba realmente, cuantas tentaciones tenía, donde estaban mis sentimientos, qué débil era yo y qué estrictamente juzgaba a los demás.

¿Cuándo viniste a Medjugorje por primera vez?

Después de acabar el rodaje en Malta, decidí ir a Medjugorje. Cuando tenía 20 años, una voz interior me decía que tenía que ser actor. Cuando hablaba de ello con mi padre, solía decirme: “Si Dios quiere algo de ti es que seas sacerdote. ¿Por qué Él querría que tú fueras actor?". Yo tampoco lo entendía en aquella época.
Otra vez, me hice la misma pregunta, ¿Dios quiere que me convierta en actor, para ganar un montón de dinero y ser rico? Era consciente del desequilibrio en el mundo entre los que tienen mucho y aquellos que apenas tienen para sobrevivir, y sabía que eso no es lo que Dios quiere. ¿Iba yo a hacer una elección para buscar riqueza que no proporciona la felicidad permanente o para servir a Dios que quiere guiar mi vida?

Por aquel entonces, Medjugorje me recordaba a Belén y pensaba, que así como Jesús había nacido en un lugar pequeño, la madre de Dios se estaba apareciendo en un pueblo pobre entre montañas. Esos cuatro días que permanecí en Medjugorje por aquel entonces fueron mi punto de inflexión. Al principio estaba maravillado de lo mucho que rezaba la gente en Medjugorje. Todo me recordaba a un campamento de baloncesto. Allí no solo juegas una partido al día, sino continuamente. Igual que en la escuela donde no solo lees una vez al día, sino siempre, repetidamente. En esos primeros días en Medjugorje sentía un cansancio interior mientras rezaba, porque no estaba acostumbrado a rezar tanto, y le pedía a Dios que me ayudara. Pero después de cuatro días la única cosa que quería hacer era rezar. En cualquier momento que rezara me sentía conectado con Dios. Esa fue mi experiencia y la que desearía para cualquier católico. Quizás cuando fui niño sentí algo parecido y lo olvidé. Ahora me había sido dado otra vez.

La misma experiencia continúo de vuelta en casa. En nuestra familia vivimos los sacramentos todos juntos. Mientras conducimos a los niños al colegio rezamos juntos el Rosario. A veces, cuando yo no empiezo a rezar, mi hijo empieza primero.

Cuando volví a Medjugorje por segunda vez, esperaba tener esas primeras experiencias otra vez pero fue diferente. Después de comer un día, algunos peregrinos me invitaron a ir a visitar al padre Jozo Zovko en Siroki Brijeg. Ese era también el deseo de mi mujer. Yo no conocía al Padre Jozo personalmente, pero estaba muy impresionado por todas las historias que había oído sobre él. Cuando me encontré con él puso sus manos sobre mis hombros. Yo puse las mías en sus hombros. Puso sus manos en mi cabeza. Puse las mías en su cabeza. En ese momento sentí en mi interior las palabras: “Te quiero, hermano. Este hombre ama a Dios”. El P. Jozo se giró espontáneamente hacia su intérprete y le preguntó quién era yo y dijo que quería hablar conmigo. Ese fue el comienzo de una duradera amistad.

Eso fue justo después de acabar el rodaje de “La Pasión” y por aquel entonces era capaz de sentir todas las fuerzas conflictivas en mi interior sobre esa película.

¿Podrías decirnos por qué te sentías así y cuál era la conexión entre la película y Medjugorje?

Probablemente estas familiarizado con la expresión “Cruzar el rubicón”. Eso significa que no es posible volver atrás, llegas al punto de no retorno. “La Pasión” fue este rubicón para mi. Cuando empezó el rodaje yo tenía 33 años, igual que Jesús. Siempre me pregunte si yo era merecedor de ser Jesús. Ivan Dragicevic me alentó y me dijo que Dios no siempre escoge necesariamente al mejor, que es algo que él ve en su propia situación. Si no fuese por Medjugorje no habría aceptado nunca tomar parte en la película porque fue Medjugorje donde mi corazón se abrió a la oración y a los sacramentos. Si quería escenificar a Jesús sabía que tenía que estar muy cerca de Él. Cada día me confesaba e iba a la Adoración del Santísimo. Mel Gibson también venía a la Santa Misa con la condición de que fuera en latín. Eso me iba bien porque así aprendía latín.

Había siempre nuevas tentaciones de las que necesitaba defenderme y en esas batallas interiores solía sentir una gran paz interior, por ejemplo, en la escena en la que la Madre de Dios se aproxima a mi y le digo: “Mira, Yo hago todo nuevo”. Repetimos la escena cuatro veces y cada vez sentía que estaba demasiado en primer plano. Entonces alguien golpeó la cruz y mi hombro izquierdo se dislocó. Debido al rápido e intenso dolor, perdí el equilibrio y caí bajo el peso de la cruz. Me golpeé la cara contra el duro suelo y la sangre corrió desde mi nariz y boca. Yo repetía las palabras que Jesús dijo a Su Madre: Mira, Yo hago todo nuevo”. Mi hombro me dolía de manera increíble cuando tomé la cruz otra vez y sentí lo precioso que era tomar la cruz. En ese momento dejé de actuar y tu podías ver sólo a Jesús. Él vino como respuesta a mis oraciones: “Quiero que la gente te vea a Ti, Jesús, no a mí”.

Gracias al rezo continuo del Rosario, -no puedo decir cuántos Rosarios recé mientras rodábamos- pude experimentar una gracia especial. Sabía que no debía utilizar lenguaje grosero, sabía que no podía ser maleducado si quería decir algo a miembros del rodaje. Muchos de ellos no conocían Medjugorje, eran todos grandes actores y teníamos suerte de tenerlos. Pero ¿cómo iba a llevar Medjugorje a ellos sino con mi propia vida? Medjugorje para mí significa vivir los sacramentos y estar en comunión con la Iglesia. Gracias a Medjugorje empecé a creer que Jesús estaba realmente presente en la Eucaristía y que perdonaba mis pecados. A través de Medjugorje experimenté la poderosa oración que es el Rosario y el regalo que tenemos cuando vamos a la Santa Misa cada día.

¿Cómo podía ayudar a otra gente a aumentar su fe en Jesús? Me di cuenta de que esto sólo podía ocurrir si Jesús está presente en mí a través de la Eucaristía, y así la gente podría ver a Jesús a través de mi vida. Cuando estábamos rodando la escena de La Última Cena tenía un bolsillo interior en mi ropa donde coloqué varias reliquias de santos y una reliquia de la Cruz de Cristo. Tenía un fuerte deseo de que Jesús estuviera realmente presente así que pedí al sacerdote que expusiera el Santísimo Sacramento. Al principio no quiso hacerlo, pero insistí en pedírselo porque estaba seguro que la gente reconocería a Cristo más si yo mismo estaba mirándole a Él. El sacerdote estuvo con el Santísimo Sacramento en sus manos al lado de la cámara y junto a él, se acercó a mí. Cuando la gente ve la película y ve un brillo en mis ojos, no se dan cuenta de que realmente están viendo a Jesús, un reflejo de la Hostia consagrada, en mis ojos. Ocurrió lo mismo en la escena de la Crucifixión: el sacerdote estaba allí, tenía el Santísimo Sacramento en sus manos y yo rezaba todo el tiempo.

El reto más grande en la película no fue, como pensé al principio, memorizar todos los textos en latín, armenio o hebreo sino todos los esfuerzos físicos que necesite hacer. Durante la última escena mi hombro estaba torcido y se dislocaba cada vez que alguien golpeaba la cruz. Mientras rodábamos las escenas de la flagelación, los látigos me golpearon dos veces y tuve una herida de 14 centímetros en mi espalda. Mis pulmones estaban llenos de fluido y tenía neumonía. También tuve falta de sueño crónica porque durante meses tuve que levantarme a las 3 de la mañana porque el maquillaje llevaba casi 8 horas.

Otro reto especial era el tiempo frío, las temperaturas estaban muy poco por encima de 0 grados, lo cual era muy difícil de aguantar especialmente en la escena de la Crucifixión. Todo mi disfraz estaba hecho de una sola pieza ligera de tela. Mientras rodábamos la última escena, las nubes estaban muy bajas y un rayo golpeó la cruz a la que estaba atado. De repente todo se volvió silencioso a mí alrededor y note mi pelo electrocutado. Unas 250 personas que estaban a mí alrededor vieron todo mi cuerpo iluminado y vieron fuego a la izquierda y a la derecha de mí. Muchos estaban estupefactos ante lo que vieron.

Sé que “La Pasión” es una película de amor, quizás una de las mejores películas de este tipo. Jesús es hoy en día sujeto de muchas controversias, mucho más que nunca antes. Hay tantos factores que amenazan este mundo creado, pero la fe en Jesús es la fuente de alegría. Creo que Dios nos está llamando de una forma especial en este tiempo, y que necesitamos responder a esa llamada con todo nuestro corazón y con todo nuestro cuerpo.

miércoles, 21 de abril de 2010

lunes, 12 de abril de 2010

“Millonario cumple promesa a Divino Niño y dona mil cien millones de dólares A Dios lo que es de Dios” Albert Gubay multimillonario dona fortuna


Se cree que algunos de los magnates del mundo han amasado sus fortunas tras hacer pactos con Dios; tal es el caso del potentado británico Albert Gubay, número 88o de la lista de ‘Forbes’.

Aunque no se sabe a ciencia cierta si los filántropos más generosos -como Bill Gates y Warren Buffett, quienes han donado 28.000 millones y 6.700 millones de dólares a la Fundación de Bill y Melinda Gates, respectivamente- entregan parte de sus fortunas como pago de alguna promesa a una entidad divina o no, hay otras personas que aceptan que su riqueza proviene de un trato ‘por todo lo alto’ y que por ello hay que respetarlo y pagar cuando llega el momento.

La reseña del sitio web de la revista ‘Forbes’, es la del inglés Albert Gubay, de 82 años, quien acaba de donar 1.100 millones de dólares a una beneficencia, monto que, de paso, equivale al 99,9 por ciento de todo su dinero.

Gubay es un empresario minorista quien, según la revista, hizo un pacto divino hace algunas décadas, cuando aún era pobre, que consistía en que el Todopoderoso le ayudara con las finanzas y después el emprendedor le devolvería la mitad de su fortuna… o más.

De hecho, tan agradecido quedó este magnate que le devolvió al ‘Todopoderoso’ casi todo lo que recibió durante sus años de bonanza y guardó para sí ‘tan solo’ 15 millones de dólares para vivir dignamente los años que le quedan.

La entidad de beneficencia a la cual donó su fortuna Gubay, dice ‘Forbes’, transferirá a su vez más o menos la mitad de esa riqueza a proyectos que tienen que ver con la Iglesia Católica.

En la actualidad Gubay, quien practica la fe católica, vive en la Isla de Man, en el Reino Unido. El hombre hizo su fortuna con tiendas minoristas de productos de bajo costo en la década de los 60 y en 1973 vendió el negocio por 28 millones de dólares.

No contento con el dinero que recibió por su cadena de almacenes, este buen ’samaritano’ replicó el modelo en Nueva Zelanda, Irlanda y Estados Unidos -con similares resultados- e invirtió las utilidades en finca raíz en el Reino Unido, cuando la tierra allí era barata; poco después se dispararon los precios de la propiedad en la región y la fortuna de Gubay siguió en ascenso.

Después de eso, el magnate incursionó en la industria del bienestar, pues en 1995 fundó la cadena de gimnasios Total Fitness, la que una década más tarde vendió por 154 millones de dólares.

Hoy disfruta de su descanso, sin el estrés de tener que hacer más dinero, y con la conciencia tranquila por haber apostado y ganado y por haber prometido y pagado.

Aqui puedes leer mas mensajes del Movimiento.

Administracion general y adjuntos

Pidamos la humildad

Oh Jesús! Manso y Humilde de Corazón,
escúchame:

del deseo de ser reconocido, líbrame Señor
del deseo de ser estimado, líbrame Señor
del deseo de ser amado, líbrame Señor
del deseo de ser ensalzado, ....
del deseo de ser alabado, ...
del deseo de ser preferido, .....
del deseo de ser consultado,
del deseo de ser aprobado,
del deseo de quedar bien,
del deseo de recibir honores,

del temor de ser criticado, líbrame Señor
del temor de ser juzgado, líbrame Señor
del temor de ser atacado, líbrame Señor
del temor de ser humillado, ...
del temor de ser despreciado, ...
del temor de ser señalado,
del temor de perder la fama,
del temor de ser reprendido,
del temor de ser calumniado,
del temor de ser olvidado,
del temor de ser ridiculizado,
del temor de la injusticia,
del temor de ser sospechado,

Jesús, concédeme la gracia de desear:
-que los demás sean más amados que yo,
-que los demás sean más estimados que yo,
-que en la opinión del mundo,
otros sean engrandecidos y yo humillado,
-que los demás sean preferidos
y yo abandonado,
-que los demás sean alabados
y yo menospreciado,
-que los demás sean elegidos
en vez de mí en todo,
-que los demás sean más santos que yo,
siendo que yo me santifique debidamente.

McNulty, Obispo de Paterson, N.J.

Tumba del Santo Padre Pio.

Tumba del Santo Padre Pio.
Alli rece por todos uds. Giovani Rotondo julio 2011

Rueguen por nosotros

Padre Celestial me abandono en tus manos. Soy feliz.


Cristo ten piedad de nosotros.

Mientras tengamos vida en la tierra estaremos a tiempo de reparar todos los errores y pecados que cometimos. No dejemos para mañana . Hoy podemos acercarnos a un sacerdote y reconciliarnos con Dios,

Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi Iglesia dijo Jesus

Jesucristo Te adoramos por todos aquellos que no lo hacen . Amen

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