Que alegria amigo que entres a esta Casa .Deja tu huella aqui. Escribenos.

Se alegra el alma al saber que tu estas aqui, en nuestra casa de paz

Amigo de mi alma tengo un gran deseo en mi corazon Amar a Dios por todos aquellos que no lo hacen hoy. ¿Me ayudas con tus aportes de amor cada vez que entres aqui? dejanos tu palabra de bien, tu gesto amoroso hacia Dios y los hermanos.

Seamos santos. Dios nos quiere santos

Adri

Seremos c ompletamente libres ,si nos determinamos a no consentir mas ante el pecado.

Seremos c ompletamente libres ,si nos determinamos a no consentir  mas ante  el pecado.
Determinemonos en el deseo de llegar a ser santos.

Amigos que entran a esta Casa de Paz. Gracias por estar aqui. Clikea en seguir y unete a nosotros

viernes, 12 de febrero de 2010

Excelente ejemplo de perdonar a los enemigos

En julio de 1905 el abate Blandier Pierre, iba a decir Misa en las Hermanas de la Misericordia. Le llamaron de urgencia para un moribundo. Trató de dar ánimo al paciente confiando en el perdón divino. Mas este repuso: «Dios, sí me perdonará; pero ¿y el otro?» Objetó el abate: «¿Qué otro?: cuando Dios perdona, nadie puede impedirlo».

Breve pausa; el enfermo explicó: «Soy antiguo miembro de la Comune; hice degollar a docenas de sacerdotes. Quedaba uno muy joven que no sabía defenderse, ni huir. Iba a matarle, pero llegó una patrulla. Rápido clavé en él mi espada, diciendo: “Te encontraré algún día, y entonces morirás”. Un chorro de su sangre salpicó mi mano; apenas alcancé a huir de los soldados».

Se detuvo fatigado y continuó: «Aquel cuya sangre manchó mis manos, ¿sabéis lo que me dijo?» El capellán puso un dedo en la frente como para recordar y respondió: «Sí, lo sé; os dijo: “En vuestro lecho de muerte, quizá me encontréis...” » Se agitó el paciente, exclamando: «¿Cómo sabéis esto? ». Aclaró el sacerdote: «Amigo mío, aquel joven era yo. Y el buen Dios me envía a deciros que el otro, también os perdona... »

Ronco sollozo y sangre, salieron por los labios del perdonado; mirando sus manos gritó: “Ah, esta es vuestra sangre que me ahogaba por cuarenta años. Pero, ¿es verdad que me otorgáis perdón?» «Yo os perdoné hace mucho; siempre rogaba por vos. Ahora Dios me da alegría, manteniendo mi perdón» E inclinado, besó al verdugo, que se quedó como quien ve visiones.

Blandier le indicó rezar con él un acto de dolor para luego impartirle la absolución. El enfermo dijo bajo voz: «Lo mismo me dijeron en vísperas de mi Primera Comunión; qué alegre estoy». Fueron sus últimas palabras. Instantes después el sacerdote cerraba los ojos del antiguo miembro de la Comune, doblemente absuelto. Al volver explicó a las Hermanas el motivo de llegar tarde para la Misa.


De M. MANGERET, Almanach du Roasiere 1932, Lyon

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Pidamos la humildad

Oh Jesús! Manso y Humilde de Corazón,
escúchame:

del deseo de ser reconocido, líbrame Señor
del deseo de ser estimado, líbrame Señor
del deseo de ser amado, líbrame Señor
del deseo de ser ensalzado, ....
del deseo de ser alabado, ...
del deseo de ser preferido, .....
del deseo de ser consultado,
del deseo de ser aprobado,
del deseo de quedar bien,
del deseo de recibir honores,

del temor de ser criticado, líbrame Señor
del temor de ser juzgado, líbrame Señor
del temor de ser atacado, líbrame Señor
del temor de ser humillado, ...
del temor de ser despreciado, ...
del temor de ser señalado,
del temor de perder la fama,
del temor de ser reprendido,
del temor de ser calumniado,
del temor de ser olvidado,
del temor de ser ridiculizado,
del temor de la injusticia,
del temor de ser sospechado,

Jesús, concédeme la gracia de desear:
-que los demás sean más amados que yo,
-que los demás sean más estimados que yo,
-que en la opinión del mundo,
otros sean engrandecidos y yo humillado,
-que los demás sean preferidos
y yo abandonado,
-que los demás sean alabados
y yo menospreciado,
-que los demás sean elegidos
en vez de mí en todo,
-que los demás sean más santos que yo,
siendo que yo me santifique debidamente.

McNulty, Obispo de Paterson, N.J.

Tumba del Santo Padre Pio.

Tumba del Santo Padre Pio.
Alli rece por todos uds. Giovani Rotondo julio 2011

Rueguen por nosotros

Padre Celestial me abandono en tus manos. Soy feliz.


Cristo ten piedad de nosotros.

Mientras tengamos vida en la tierra estaremos a tiempo de reparar todos los errores y pecados que cometimos. No dejemos para mañana . Hoy podemos acercarnos a un sacerdote y reconciliarnos con Dios,

Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi Iglesia dijo Jesus

Jesucristo Te adoramos por todos aquellos que no lo hacen . Amen

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