
Se cree que algunos de los magnates del mundo han amasado sus fortunas tras hacer pactos con Dios; tal es el caso del potentado británico Albert Gubay, número 88o de la lista de ‘Forbes’.
Aunque no se sabe a ciencia cierta si los filántropos más generosos -como Bill Gates y Warren Buffett, quienes han donado 28.000 millones y 6.700 millones de dólares a la Fundación de Bill y Melinda Gates, respectivamente- entregan parte de sus fortunas como pago de alguna promesa a una entidad divina o no, hay otras personas que aceptan que su riqueza proviene de un trato ‘por todo lo alto’ y que por ello hay que respetarlo y pagar cuando llega el momento.
La reseña del sitio web de la revista ‘Forbes’, es la del inglés Albert Gubay, de 82 años, quien acaba de donar 1.100 millones de dólares a una beneficencia, monto que, de paso, equivale al 99,9 por ciento de todo su dinero.
Gubay es un empresario minorista quien, según la revista, hizo un pacto divino hace algunas décadas, cuando aún era pobre, que consistía en que el Todopoderoso le ayudara con las finanzas y después el emprendedor le devolvería la mitad de su fortuna… o más.
De hecho, tan agradecido quedó este magnate que le devolvió al ‘Todopoderoso’ casi todo lo que recibió durante sus años de bonanza y guardó para sí ‘tan solo’ 15 millones de dólares para vivir dignamente los años que le quedan.
La entidad de beneficencia a la cual donó su fortuna Gubay, dice ‘Forbes’, transferirá a su vez más o menos la mitad de esa riqueza a proyectos que tienen que ver con la Iglesia Católica.
En la actualidad Gubay, quien practica la fe católica, vive en la Isla de Man, en el Reino Unido. El hombre hizo su fortuna con tiendas minoristas de productos de bajo costo en la década de los 60 y en 1973 vendió el negocio por 28 millones de dólares.
No contento con el dinero que recibió por su cadena de almacenes, este buen ’samaritano’ replicó el modelo en Nueva Zelanda, Irlanda y Estados Unidos -con similares resultados- e invirtió las utilidades en finca raíz en el Reino Unido, cuando la tierra allí era barata; poco después se dispararon los precios de la propiedad en la región y la fortuna de Gubay siguió en ascenso.
Después de eso, el magnate incursionó en la industria del bienestar, pues en 1995 fundó la cadena de gimnasios Total Fitness, la que una década más tarde vendió por 154 millones de dólares.
Hoy disfruta de su descanso, sin el estrés de tener que hacer más dinero, y con la conciencia tranquila por haber apostado y ganado y por haber prometido y pagado.
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