-Es un muro protector de la pureza que ayuda a evitar excesos y peligros morales de todo tipo en materia sexual. Aunque el pudor es instintivo, también es necesario aprender ya desde pequeños para que se sepa apreciar y guiar correctamente.
-El pudor protege la propia intimidad. No es casto el que trata de ignorar lo sexual sino el que comprende su propósito en los designios de Dios. El pudor es propio de la persona humana. Los animales no tienen pudor. Por eso hacen en público sus funciones más íntimas.
"Las formas que reviste el pudor varían de una cultura a otra. Sin embargo, en todas partes constituye la intuición de una dignidad espiritual propia al hombre. Nace con el despertar de la conciencia personal. Educar en el pudor a niños y adolescentes es despertar en ellos el respeto de la persona humana"
-El pudor no indica miedo irracional a exponer el cuerpo. Supone mas bien respeto a lo más personal del hombre.
1 comentario:
El pudor se expresa en: la casa, el vestido y el lenguaje.
1-La casa es un lugar íntimo. Hay tiempos para compartir con otros, pero también hay tiempos para que la familia este reunida a solas para compartir desde el corazón con la confianza que no es propia tener con todo el mundo.
2-El vestido. Se cubren las partes más íntimas, que no se comparten con cualquiera. Quien ama respeta y busca que se respete la intimidad. De ahí el celo que muestra el marido o el novio por la decencia en el vestir de su esposa o de su novia. -Pudor no es miedo al cuerpo desnudo, sino respeto a su gran dignidad. Da libertad para no ser dominado por la lujuria y protege también al prójimo. -Protegerse de la mirada intrusa. Salvaguarda el sexo del uso posesivo de los demás. No permite ser reducido a un objeto. Palpar algo es, en cierta medida, un acto de posesión. Ver es como tocar a distancia. Ofrecer a la mirada ajena las partes íntimas del cuerpo supone dejarse poseer en lo que tiene uno de más íntimo. Toda exhibición sugiere un acto de entrega. Hacerlo en público se asemeja a la prostitución.
3-El lenguaje. El pudor no permite expresarse para hacer «de dominio público» sus estados afectivos ni sus debilidades ante la tentación. Evita aquellos aspectos de vulgaridad, chabacanería y desorden que acompañan a ciertas expresiones sexuales.
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